Una Constitución que defiende la familia

Noviembre es el mes que conjuga la celebración de la ley fundamental de un Estado, norma constitucional y del primer núcleo social del cual todo ser humano participa, la familia, el espacio donde estamos llamados a pertenecer.

Es en la familia donde se forjan desde el seno mismo, las instituciones educativas; es en ella donde los futuros ciudadanosadquieren las virtudes necesarias para el desarrollo personal y colectivo; donde se aprenden el amor, el respeto, la amabilidad, la cordialidad y la fraternidad, entre otras virtudes.

Para muchos, la familia es un lugar donde aprendemos sobre la persona divina (Dios), la fe, la importancia de creer y confiar en el Creador; el lugar donde aprendemos a orar y a buscar la sabiduría divina en las Sagradas Escrituras como forma de fomentar los valores que se están perdiendo en la sociedad con el pasar del tiempo.

Sin embargo, este «núcleo de la sociedad» ha experimentado importantes variaciones en las últimas décadas, sometido a ataquescada vez más intensos, tanto por enemigos internos (el afán, la falta de tiempo) como externos (distracciones, tecnología), si dejar de mencionar entidades y organismos económicamente poderosos que quieren desnaturalizar su sentido sociológico y jurídico.

Ante un deterioro progresivo en todos los órdenes, la familia debe ser apoyada y protegida con medidas integrales por parte de las instituciones de la sociedad y los poderes del Estado en su compromiso de garantizar derechos de familia, como educación, salud, protección, asistencia médica, crianza saludable, trabajo, vivienda y un ingrediente importante: la asistencia a personas mayores que son relegadas a un segundo plano.

El artículo 55 de la Constitución dominicana está dedicado a la protección de la familia, base de la sociedad y lugar para el desarrollo de las personas, que se forma por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla.

Por tanto, debemos seguir el llamado adefender la familia, garantizar sus derechos constitucionales, promover un enfoque integral que valore y respete la importancia de esta, asegurar derechos reconocerlos y cumplirlos; continuar edificando las bases hacia un futuro justo, equitativo y prometedor.