Oppenheimer, macartismo y el debido proceso

La película biografía dirigida por el aclamado director Christopher Nolan sobre el físico J. Robert Oppenheimer, está siendo bien recibida por la crítica en todos los aspectos desde la ambientación hasta la personificación de los personajes que tuvieron cierto nivel de incidencia para la creación de la bomba atómica y sobre todo, las repercusiones del macartismo en la figura del conocido Prometeo americano.

Para empezar, concluida la Segunda Guerra Mundial, de manera inmediata comenzó la Guerra Fría y el mundo se dividió en dos polos, uno capitalista y el otro comunista. En la década de los años 50s en Estados Unidos se vivió un periodo de acusaciones referentes a deslealtad, comunismo y traición a la patria en la cual no se cumplió ningún tipo de garantías de un debido proceso ni de tutela judicial efectiva, la cual se llamó macartismo por el senador de ese entonces Joseph Raymond McCarthy.

Dentro del periodo del macartismo, uno de los casos mas notorios fue el ocurrido hacia Oppenheimer, quien debía defenderse en una audiencia secreta bajo los alegatos de que el era desleal y existía riesgos en la seguridad nacional. Dicha audiencia, era a toda regla un tribunal irregular, que su decisión no cumplía con la debida motivación, la insuficiencia argumentativa bajo el alegato de que el Prometeo americano era comunista porque se relacionaba con personas cercanas a esa tendencia y como desde un principio tenían una decisión tomada de manera unilateral sin importar la defensa de Oppenheimer.

La audiencia era no abierta para el público, incluso quien la presidia Gordon Gray la había declarado “estrictamente confidencial” aunque contrariamente a las semanas de concluir la audiencia se publicó la transcripción literal de la misma. Como de igual manera, el caso lo convirtió en un exiliado académico y considerado por muchos de sus colegas como el mártir del macartismo o como un Galileo moderno.

La película de Oppenheimer, nos muestra la realidad de una etapa oscura que perjudicó no solo al Prometeo Americano, sino a muchos ciudadanos sin importar estrato social bajo una supuesta alegación de comunismo y/o traición a la patria se les vulneraba principios constitucionales primarios de los estadounidenses como la primera enmienda referente a la libertad de expresión, la quinta sobre el derecho a no testificar en contra de uno mismo y quedando en el olvido la existencia de la presunción de inocencia.

Ahora, si han llegado hasta este punto del artículo y consideran que les hice spoilers, le quiero dejar claro dos cosas: primero, que la película no es ficción, es una obra biográfica sobre el famoso físico estadounidense y; segundo, Christopher Nolan para hacer la película se leyó el libro American Prometheus: The Triumph and Tragedy of J. Robert Oppenheimer, por lo cual no se puede considerar spoiler.