Nicolás Maduro adelantó por unas horas el acto en el que este viernes se juramentó para un tercer mandato como presidente de Venezuela ante el plan de la oposición de asumir el cargo.
“Trataron de convertir la juramentación (…) en una guerra mundial. Que si invaden, que si entran, que si salen… Digan lo que quieran decir, hagan lo que quieran hacer, pero esta toma de posesión constitucional venezolana no la pudieron impedir y es una gran victoria venezolana”, dijo Maduro.
Pese a las denuncias de fraude de la oposición y de gobiernos internacionales, el dirigente inicia un tercer mandato marcado por las dudas sobre su legitimidad.
“Juro ante esta Constitución que haré cumplir todos sus mandatos, que haré cumplir todas las obligaciones de la Constitución y las leyes de la República, y que este nuevo período presidencial será el período de la paz, la prosperidad, la igualdad y la nueva democracia”, dijo Maduro al asumir el cargo en una sesión en el emblemático Salón Elíptico.
“Lo juro por la historia, lo juro por mi vida”, afirmó con la mano derecha sobre la Constitución venezolana, frente al presidente de la Asamblea Nacional (Poder Legislativo), Jorge Rodríguez.
La investidura de Maduro ocurrió a pesar de las denuncias de fraude de la oposición, que reivindica la victoria del candidato Edmundo González Urrutia en las elecciones del 28 de julio de 2024 y ha sido reconocido como presidente electo por otros países.
González, exiliado en España desde septiembre, prometió regresar a Venezuela y asumir el cargo.
Durante los últimos días, el dirigente opositor emprendió una gira que lo llevó a Argentina, Estados Unidos, Panamá y República Dominicana para recabar apoyos.
La ceremonia de juramentación de Maduro comenzó antes de la convocatoria inicial en el Palacio Federal Legislativo, sede del Parlamento unicameral venezolano.
La oposición asegura que González obtuvo casi el 70% de los votos, según el 80% de las actas de escrutinio publicadas por la alianza antichavista.
Sin mostrar los comprobantes electorales, el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el oficialismo, afirmó que el aspirante a la reelección se impuso con el 52% de los votos.
El gobierno de Estados Unidos refrendó este viernes su apoyo a González, al que considera como presidente legítimo.
“El pueblo de Venezuela y el mundo saben que Nicolás Maduro perdió claramente la elección presidencial de 2024 y que no tiene derecho a reclamar hoy la presidencia. Estamos dispuestos a apoyar el retorno de la democracia a Venezuela”, expresó en X el secretario de Estado, Antony Blinken.
Invitados internacionales
“He sentido mucha emoción de recibir mi banda presidencial”, dijo Maduro durante el discurso que dio rodeado del alto mando militar venezolano, los máximos representantes de los poderes públicos, todos controlados por el oficialismo, su gabinete y representantes internacionales.
Los presidentes de Cuba y Nicaragua, Miguel Díaz Canel y Daniel Ortega, respectivamente, fueron los únicos mandatarios de la región que asistieron a la toma de posesión, luego de que la mayoría de los gobernantes cuestionaran los resultados electorales y el acto de investidura de Maduro.
También asistieron representantes de Rusia, Irán y China.
La mayoría de los gobernantes de América Latina se negó a asistir, incluidos aliados del gobierno de Maduro como los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
El gobierno estadounidense también respaldó a la oposición venezolana. Frente a la captura y liberación de Machado el día anterior, Donald Trump, quien asumirá la Casa Blanca el 20 de enero, se refirió a González como “presidente electo” y dijo que ambos dirigentes debían permanecer “seguros y vivos”.
El actual gobierno de Joe Biden impuso este mismo viernes más sanciones y elevó la recompensa que ofrece por la detención de Maduro, entre otros dirigentes chavistas.
Detención de opositores
Maduro se juramentó en medio de una atmósfera de tensión, un día después de que la líder de la oposición, María Corina Machado, fuera detenida y minutos después liberada tras convocar protestas contra la investidura de Maduro en todo el país.
“Lo que hagan mañana sentencia el final del régimen”, dijo Machado frente a una multitud de miles de simpatizantes opositores congregados en Caracas el jueves. “Estamos en una nueva fase”.
Luego se informó que la dirigente había sido “violentamente interceptada” por cuerpos de seguridad del Estado y posteriormete liberada.
Las autoridades venezolanas negaron la aprehensión y denunciaron que los señalamientos opositores eran parte de una “operación psicológica” que buscaba generar violencia.
Al menos una veintena de personas fueron detenidas en 157 protestas en todos los estados del país un día antes de la investidura, reportó la organización Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS).
El gobierno de Maduro emprendió una ola de detenciones de dirigentes, activistas y ciudadanos comunes tras las protestas desencadenadas por el anuncio de su victoria en los comicios del pasado 28 de julio.
Durante los últimos cinco meses, más de 2.000 personas fueron detenidas, entre ellos al menos un centenar de menores de edad.
Ante la investidura de Maduro, el gobierno activó un intenso despliegue de seguridad que involucró a fuezas policiales y militares en todo el país, que instalaron puestos de control en las calles para impedir las concentraciones opositores.
A los 1.200 uniformados que salieron a las calles se sumaron funcionarios de la Dirección de Acciones Especiales de la Contrainteligencia Militar (DGCIM), que junto al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y el Ejército, figura entre los organismos señalados por instancias como ONU de cometer crímenes de lesa humanidad como torturas, desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias.