Según el pensamiento aristotélico los seres humanos somos animales políticos, capaces de organizarnos y crear vínculos de cooperación para el logro de proyectos colectivos. La política es una ciencia presente en cada ámbito de nuestra vida; la cual, directa o indirectamente regula el comportamiento y las costumbres.
Hay que tomar medidas que incluyan e integren a todos los actores sociales, de manera que puedan satisfacer sus necesidades en igualdad de condiciones, vinculado a un sentimiento de pertenencia y compromiso común y es precisamente lo que se conoce como cohesión social.
Este concepto tiene una interpretación bastante amplia y hace referencia a asuntos como la inclusión socioeconómica, el reconocimiento de la diversidad, el perfeccionamiento de las instituciones de sanción y fiscalización, así como el refuerzo de la cultura cívica y de la solidaridad.
En la búsqueda de una sociedad más cohesionada, la juventud juega un papel protagónico. De los 10, 760,028 habitantes que tiene el territorio dominicano, aproximadamente un33.0% de la población total, es decir 3, 550,809 son considerados jóvenes, personas con edades comprendidas entre los 15 y los 35 años conforme lo establece la Ley General de Juventud No. 49-00.
En el tablero político, los jóvenes pueden aprovechar esta ventaja demográfica si se lo proponen, ya que la población entre 18 y 35 años representa una tendencia superior al 35% en el registro de votantes hábiles cada año, lo que posiciona a este grupo etario como una pieza clave en los procesos electorales.
Hoy en día, muchos jóvenes muestran cierta apatía y abstención por la política, debido al desconocimiento, descontento o falta de identificación con los partidos y líderes políticos. Esta situación crea una crisis de representatividad en una parte de la ciudadanía, que erosiona la democracia y dificulta una cohesión social efectiva.
Ante las demandas que nuestro entorno reclama de un sistema judicial imparcial, de un medio digno para ganarse la vida, de credibilidad en las instituciones del Estado, de servicios básicos como educación y salud de calidad, de respeto por la diversidad, integridad física y psicológica de las personas, entre otras. De moso que los jóvenes debemos alzar bandera e involucrarnos activamente en la vida política y pública en aras de alcanzar una sociedad con más oportunidades de desarrollo y crecimiento para cada individuo.
Una sociedad más cohesionada solo se alcanza cuando la voz de cada uno es escuchada y tomada en consideración. Una mayor participación de los jóvenes en espacios de deliberación y toma de decisiones para la creación de políticas públicas, es indispensable para el fortalecimiento del sistema democrático en el país.
Para lograr aumentar el interés de participación de los jóvenes como actores políticos de primer orden, se requiere promover una cultura de confianza, transparencia y meritocracia en elecosistema político nacional, a través de debates electorales, rendición de cuentas y mayor visibilización de propuestas. De esa manera la juventud puedrá ejercer su derecho al sufragio con ayor criterio, sintiéndose informada y consiente en relación al proceso y su elección.
Es preciso priorizar la educación política y electoral ciudadana con la finalidad de que jóvenes capacitados se motiven a participar como candidatos y veedores de las contiendas electorales, en especial las mujeres que, más allá de cumplir con la cuota de género, tienen mucho por aportar.
Como principal fuente capital humano los jóvenes son un importante instrumento de cohesión social en la política y demás campos. Si bien es cierto que no todo es color de rosa en la política y que los problemas son más sencillos señalarlosque resolverlos, no podemos ser indiferentes ante esta situación, sino que debemos asumir con responsabilidad la tarea de construir la República Dominicana que necesitamos y merecemos.
Estudiante de Derecho por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Voluntario Nacional del Programa de Liderazgo del Ministerio de Educación (PLERD)