A Elizabeth, la chispa de la organización le corre por las venas, por eso está en constante movimiento armonizando cada espacio.

Aunque es abogada de profesión, la emprendedora Elizabeth Rossell hizo una pausa para dar rienda suelta a lo que hoy en día se ha vuelto en su pasión y sustento: Ordenâre, un proyecto que surgió debido a su obsesión de mantener todo ordenado.

 Todo comenzó cuando supo que tenía un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), debido al afán y ansias de tener en orden su habitación y demás pertenencias.

A pesar de las dudas y cuestionamientos, echó a un lado sus miedos y se lanzó al mundo del emprendimiento, algo que se la ha dado muy bien, porque la organización en ella es algo inherente.

Conozcamos más sobre Elizabeth, quien conversó con nosotros sobre cómo ha sido su vida desde que decidió dejar la abogacía, para organizar y optimizar espacios.

¿Cómo te describes?

Perfeccionista, creo que es lo que mejor me define. Algo que va muy de la mano con lo que hago.  Soy impulsiva, me gusta tener el control de las cosas, tener las cosas bajo mi control.  Aunque pienso que eso es más negativo que positivo por el tema de ansiedad, pero del lado bueno, me gusta mucho ayudar al otro.

Faceta de abogada

Estudié Derecho porque a mí de verdad que me apasiona, sobre todo la parte penal, desde el punto de vista de la investigación criminal. De hecho, siempre quise ser fiscal. Empecé en una oficina de abogados como paralegal, luego de casi dos años, se me presentó la oportunidad de entrar al Ministerio Público, que era lo que yo siempre había querido.

 ¿Cómo inicias en la organización?

Como todo ser humano, tenemos trastornos de la personalidad, mañas y situaciones, yo tengo ciertos TOC, y uno de ellos es el de la organización. Siempre he sido muy organizada y perfeccionista, tanto así que en el trabajo recogía mi escritorio cuando terminaba la jornada y parecía que no había trabajado porque siempre todo estaba bien organizado.

Empecé a seguir personas y páginas dedicadas a esa área. También mis amigas me dijeron que en mi tiempo libre podía monetizar eso que me gustaba. Así lo hice, pero a veces los servicios que ofrecía a los clientes me chocaban con el horario laboral.

Entonces pasó algo en el trabajo y yo dije: no tengo un marido, no tengo hijos, ni grandes responsabilidades económicas, puedo lanzarme, y así lo hice.

Me lancé a lo que en su momento fue un emprendimiento, porque a esta altura no lo pudiera llamar así, ha tenido una aceptación y crecimiento increíble gracias a Dios.

 “Una mujer que no se pone límites a la hora se cumplir sus metas”

Surgimiento de Ordenâre

Organizaba closets, pero sentía que era muy personal, estaba atado a mí imagen, y quería ser una compañía. Cogí algunos cursos, entré a un grupo de organizadores de República Dominicana que había en Instagram, y me empecé a codear con esos otros organizadores.

Inicié arreglando los closets de mis amigas, de ahí fue la idea de hacerlo de hobby. Y como te comenté, sucedió algo en mi trabajo, y ahí tomé la decisión de hacer esto a tiempo completo.

Al principio es un poco complicado porque mucha gente te contrata, después viene un tiempo de desierto e incertidumbre, en el que hasta te cuestionas si tomaste una buena decisión, o si valió la pena dejar mi empleo. De hecho, muchos me lo cuestionaron, hasta mi pareja en aquel momento.

Llegué a dudar. Sin embargo, dije: óyeme, tengo la humildad suficiente de emplearme de nuevo, de ser necesario.

 Pensando en el nombre, se me ocurrió “tu casa en orden”, en un principio, luego conversando con una prima me sugirió que no. Tardé días, hasta que me llegó a la mente Ordenâre, con la forma de una casita, hacer alusión a “espacios”. Y el color morado del logo, va asociado a la lavanda, una flor cuyo olor incita a la paz y relajación.

Servicios que ofrecen

Tenemos talleres, asesorías, organización profesional, fabricamos muebles, tenemos arquitectura, diseño de interiores y cualquier solución para espacios que se necesita.