Un transbordador espacial es una nave espacial que, lanzada al espacio mediante un cohete, se destina a misiones de investigación o de transporte de astronautas y materiales a otras naves o estaciones espaciales, para aterrizar después como un avión. Para nada parecería que vamos a hablar de derecho, pero es todo lo contrario, el transbordador espacial nos conecta con un proceso que justo se encuentra en curso por parte del Consejo Nacional de la Magistratura que ya inició las vistas con las entrevistas de quienes aspiran a formar parte del Tribunal Constitucional.
La referencia al transbordador espacial viene a raíz de las palabras del Magistrado presidente del Tribunal Constitucional, Milton Ray Guevara, quien a propósito de la próxima renovación que se producirá en la Alta Corte, señaló que “dejará el tribunal como un transbordador espacial listo para seguir avanzando”.
El Consejo Nacional de la Magistratura se avoca a una de sus tareas más trascendentales desde la elección de los iniciales 13 magistrados que conformaron el Tribunal Constitucional en el año 2012, la sustitución de 5 de ellos, incluyendo al presidente, Milton Ray Guevara, el primer y segundo sustituto del presidente, Rafael Díaz Filpo y Lino Vásquez Samuel y dos magistrados cuyo trabajo y responsabilidad (con conocimiento de causa puedo decir) habla por ellos, Justo Pedro Castellanos Khoury y Víctor Joaquín Castellanos Pizano.
Ese primer transbordador espacial perfectamente podría ser llamado “Enterprise”, por ser la primera experiencia de esa nueva Alta Corte en nuestro sistema, por transitar por caminos que nadie había transitado antes y aunque las primeras experiencias tienen mucho de “prueba y error” debemos coincidir que los primeros 12 años del Tribunal Constitucional han tenido mucho de “prueba y éxito”.
Vuelvo a hacer uso de mi conocimiento de causa y de los 7 años en los que forme parte del Tribunal Constitucional, para dar su justa dimensión a la labor realizada por el Tribunal Constitucional durante estos años, donde se ha posicionado como uno de los entes con mejor valoración de la sociedad y que ha sabido ajustarse a la titánica tarea que le encomendó el constituyente, como garante de la Constitución, defensor del orden constitucional y protector de los derechos fundamentales.
De la mano del magistrado Ray Guevara no sólo toca reconocer la labor jurisdiccional que ha realizado el tribunal, las decisiones relevantes, la incorporación de “nuevos” derechos fundamentales, la expulsión de normas contrarias a la ley de leyes, la contribución a la constitucionalización del ordenamiento, sino toda la labor de tipo administrativo y organizacional.
Partir de cero y dotar de una ruta, de instrumentos de navegación, una guía de viaje, una auténtica brújula de dirección, no es una tarea sencilla y el magistrado Ray Guevara lo ha conseguido con un resultado sobresaliente. Sigo sin saber cómo el presidente consigue una especie de omnipresencia, que le permite estar presente en todo lo relativo a la Alta Corte, dejar su sello en cada detalle, asumiendo todas las responsabilidades administrativas de su puesto y hacerlo sin descuidar el aporte en lo jurisdiccional.
Sin dejar de producir sentencias, el Tribunal bajo la dirección de Ray Guevara se ha empeñado en la enseñanza y difusión de la Constitución, en presentar y conectar la Alta Corte con todo el país, ser espacio para la producción de obras doctrinarias, mediante una línea de publicaciones de obligada referencia, impulsar el mandato de enseñanza de la Constitución en los centros educativos y de asignaturas concretas y transversales en el nivel universitario.
Hay una labor dentro del Tribunal Constitucional que no se suele reflejar hacia lo externo pero que es de vital importancia, porque como he referido antes, tienen que pasar muchas cosas para que se puedan producir sentencias, la captación de recursos humanos valiosos, la organización del personal, la planificación constante, el establecimiento de una carrera constitucional, las certificaciones de buenas prácticas, todos estas tareas llevadas a cabo con calificaciones notables.
Como dijo el magistrado José Alejandro Ayuso en un artículo publicado hace poco tiempo: “bajo su dirección, ha sido exitosa tanto la construcción como la travesía de -como él mismo ha denominado- “un transbordador espacial listo para seguir avanzando” hacia el promisorio futuro del Estado Social y Democrático de Derecho que, desde el patriotismo constitucional abierto, plural, inclusivo y tolerante, forjamos en la comunidad de intérpretes de la Constitución. Y estimo que este es, desde ya, el mayor legado al país del Dr. Milton Ray Guevara”. A lo que sólo agregaría que de ese transbordador espacial debemos conservar la ruta, para que la misión dispuesta por la Constitución continue siendo un éxito.
Licenciado en Derecho, mención magna cum laude, por la Universidad Iberoamericana (UNIBE).
Magíster en Derecho Penal Económico por la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid, España).
Magíster en Derecho Constitucional y Procedimiento Constitucional de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM-RSTA).
Especialista en Prevención del Blanqueo de Capitales y Financiación del Terrorismo por la Cátedra URJC-KPMG (Madrid, España).
Especialista en Justicia Constitucional por la Universidad de Castilla-La Mancha (Toledo, España).
Docente de Práctica Forense Penal en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y de Procedimiento Constitucional de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Actualmente Director de Litigio Penal y Derecho Público en Oficina Delgado.