El opositor ruso Alexei Navalni, condenado a 19 años de cárcel por extremismo

El opositor ruso Alexei Navalni ha sido condenado este viernes a 19 años de cárcel por extremismo, según ha hecho saber el Tribunal de la Ciudad de Moscú en su dictamen.

“Queda asignada a A.A. Navalni una sentencia de prisión por un período de 19 años que se cumplirá en una colonia de régimen especial”, anunció el juez Andrei Suvorov en el veredicto, recogido por la agencia rusa TASS.

El juicio ha tenido lugar en IK-6, una colonia penal en Melejovo, en la región de Vladimir, donde Navalni ya está cumpliendo una condena de nueve años por fraude y desacato.

ONG como Amnistía Internacional denuncian graves irregularidades en el proceso, donde no se ha permitido la entrada de periodistas a la sala, quienes han tenido que ver el proceso en un vídeo por separado.

Los nuevos cargos estaban relacionados con las actividades del llamado Fondo Anticorrupción (FBK), una organización fundada por Navalni e ilegalizada por las autoridades rusas en 2021.

El Fondo estaba registrado legalmente en Rusia antes del encarcelamiento de Navalni. Su designación como organización “extremista” sentó las bases para el procesamiento posterior de Navalni y sus asociados bajo cargos relacionados con el extremismo. Por ello, el opositor ruso fue imputado en junio por crear una “comunidad extremista”, incitar al extremismo, fundar organizaciones que infringen los derechos de los ciudadanos, financiar el extremismo, llevar a menores a realizar “actos peligrosos” y “rehabilitar el nazismo”.

Un socio de Navalni, Daniel Jolodni, también ha sido declarado culpable de “participar en una comunidad extremista” y “financiar actividades extremistas”, pero en el momento de redactar este informe se desconocía la pena de prisión que se le asignó, debido a la mala calidad de la transmisión de video de la sesión del tribunal, denuncia Amnistía.

Navalni, cabe recordar, fue encarcelado en enero de 2021 cuando regresó a Moscú desde Berlín, donde había estado recuperándose de un envenenamiento que él y los gobiernos occidentales atribuyeron al servicio de seguridad de Putin.