“El Dolor No Se Debate: Una Llamada a la Empatía por las Familias de la Tragedia de Jet Set”

En medio del eco mediático y el ruido social que dejó la tragedia de Jet Set, hay un grupo de personas que lucha por mantenerse en pie: las familias de las víctimas. Más allá de los titulares, las teorías, las exigencias y las opiniones cruzadas, hay madres, padres, hijos y hermanos enfrentando lo impensable: la pérdida de un ser querido en circunstancias traumáticas.

A menudo, en nuestra necesidad de entender, de buscar justicia, o incluso simplemente de opinar, olvidamos que detrás de cada nombre hay una historia rota. Estas familias no solo han tenido que enfrentar la muerte repentina de alguien amado, sino también un proceso largo y doloroso: la entrega de cuerpos, la espera angustiante, la incertidumbre y la desinformación.

Y como si no bastara con el dolor de la ausencia, han tenido que lidiar con otro peso: el de una sociedad que les exige convertirse en voceros, en luchadores, en denunciantes, en héroes públicos del duelo. Pero, ¿quién les dio tiempo para llorar en silencio? ¿Quién les ofreció la pausa necesaria para simplemente sentir?

A veces, como sociedad, somos crueles sin darnos cuenta. Queremos que las familias actúen, que respondan, que hablen, que se movilicen. Pero no todos viven el dolor de la misma forma. Algunas familias buscarán justicia legal, otras necesitarán más tiempo para comprender, y algunas elegirán el camino del perdón. Y todas, absolutamente todas, merecen respeto.

Es urgente que aprendamos a acompañar sin invadir, a respetar sin exigir, a sentir sin juzgar. La empatía no se trata de estar de acuerdo con lo que cada familia decida, sino de honrar su derecho a decidir cómo transitar su pérdida.

A las familias afectadas por esta tragedia, como sociedad les debemos más humanidad, menos presión. Les deseamos esperanza, aunque sea un poco, en medio de este dolor inmenso. No les pidamos más de lo que ya, inconscientemente, les hemos quitado: la oportunidad de vivir su duelo en paz.