Las bajas temperaturas afectan a miles de migrantes en Ciudad Juárez, quienes se ven obligados a dormir a la intemperie o en refugios sin calefacción. La mayoría de estos migrantes proviene de climas más cálidos, lo que complica aún más su situación en la frontera.
La Diócesis de Juárez ha hecho un llamado a la comunidad para que donen abrigos y alimentos, especialmente al comedor principal que brinda apoyo a los migrantes. El primer frente frío que llegó a la ciudad redujo las temperaturas a un mínimo de 3 grados, lo que ha incrementado la necesidad de ayuda humanitaria.
Además, Ciudad Juárez es un punto clave en el flujo migratorio desde México y Centroamérica, y la reciente llegada de una caravana con más de 6,000 migrantes aumenta la urgencia de la situación. A pesar de la disminución de la cantidad de migrantes en los últimos días debido al frío, la crisis persiste en la frontera norte de México, lo que requiere una respuesta solidaria y humanitaria.