Llegaron las elecciones. Hemos sido convocados a renovar los equipos dirigenciales en las municipalidades dominicanas. Con una exhortación del presidente de la Junta Central Electoral, se llega a la fecha fijada para otra cita con la democracia.
Román Jáquez Liranzo ha instado a partidos, movimientos y agrupaciones políticas, así como a candidatos a cargos municipales, a mantener la convivencia armónica. Y precisamente a eso ayuda la democracia, siempre que haya real decisión para superar los rasgos autoritarios que siguen caracterizando nuestra cultura política.
El actual es un proceso con innovaciones que, a primera vista, son expresión de avance democrático. Pues en las elecciones municipales de este año se estrena la posibilidad de escoger postulantes a alcaldías y regidurías, así como a direcciones y vocalías, de manera compartimentada. Aunque solo se trata del ámbito municipal, para cada nivel de elección se dispone de una boleta separada. Da la impresión de que se sigue avanzando frente al odioso arrastre.
Recordemos que en el proceso electoral del 2020 también hubo innovaciones. De un lado, andábamos evitando contacto físico, con cubrebocas y con diversas presentaciones de desinfectantes, corriéndole a Covid-19.
Pero, además, en atención a la más reciente reforma a la Carta Magna, se escogió el tercer domingo del mes de febrero, cada cuatro años, para realizar asambleas electorales. Así lo establece el Artículo 209 de la Constitución Dominicana. Con esa separación, en fecha, de los otros niveles de elección, de entrada, estamos ante otra modalidad para avanzar frente al odioso arrastre.
Hasta ahí, todo parece indicar que avanza nuestra democracia. ¿Es eso real? ¿Es suficiente? ¿Es trascendente? ¿Mejora vidas? Si las mejora, ¿cuáles vidas? Veamos.
Según la Junta Central Electoral, 8 millones 105 mil 151 dominicanos estamos convocados a ejercer el derecho al sufragio. De esa cantidad, según la JCE, 4 millones 156 mil 628 son mujeres (51.28 %) y 3 millones 948 mil 523, hombres (48.72%). Con una diferencia no tan marcada como en las aulas, por ejemplo, queda claro que las mujeres son mayoría.
Para las elecciones del 18 de febrero, 19 mil 194 postulantes se han presentado para competir por los 3,849 cargos que deben renovarse en el Distrito Nacional, 157 municipios y 235 distritos municipales del país.
De esa cantidad de aspirantes, 8,134 (42.37 %) son mujeres y 10,880 (56.68 %), hombres. Se volteó el asunto: ahí los hombres pasan a ser mayoría. Pero ahí no para la cosa. Si nos concentramos en las alcaldías, encontraremos que compiten 99 mujeres y 498 hombres. Se va pareciendo más a las aulas, pero al revés.
Y todavía hay más: para las 158 vicealcaldías, los partidos postulan a 474 mujeres y 95 hombres. Vuelven las féminas a ser mayoría. ¿Qué hay de fondo en eso? ¿Cuál suele ser el rol y la incidencia de quienes se desempeñan en las vicealcaldías? ¿Será esto indicativo de que avanza nuestra democracia?
Sería muy interesante, además, analizar lo de las posiciones ganables y comparar con las candidaturas “de relleno”. Resultaría, también, sumamente útil verificar si la separación de fechas para los niveles de elección realmente elimina el arrastre. Pero como hay mucha gente que “no quiere saber de números” ni que “la estén mareando” con escritos largos, eso debe ser asumido en otro trabajo.
Resultaría muy provechoso dedicar tiempo, también luego, para revisar cuántas municipalidades han hecho uso del Artículo 203 de la Carta Magna, sobre referendo, plebiscitos e iniciativa normativa municipal, aspectos muy relacionados con el ejercicio democrático.
Y también serviría de mucho determinar cuántas municipalidades han puesto en uso el Artículo 18, párrafo IV, de la Ley 176-07, donde dice: “Los ayuntamientos podrán solicitar la delegación de determinadas competencias al Gobierno Central, respondiendo a la demanda de la población y a partir de la demostración de que pueden hacer un ejercicio de las mismas más eficiente, eficaz, transparente y participativa”.
Como es fácil notar, aquí he compartido unas cuantas pistas para responder a una pregunta: ¿avanza nuestra democracia?