El pasado 27 de febrero, los dominicanos celebramos nuestro 180 aniversario de independencia, un hito
que nos hace reflexionar sobre el camino recorrido y el que aún nos queda por delante. ¿Estamos
realmente en la dirección correcta? Aunque la curva de mejora suele apuntar hacia arriba, no podemos
ignorar las fluctuaciones que experimentamos en ciertas ocasiones.
El discurso del Presidente Abinader nos presentó una visión optimista de nuestro país, con logros que
nos hacen sentir como si estuviéramos en un cuento de hadas. ¿Un país de ensueño? ¿O más bien una
ilusión? El apoyo de Kenia para resolver nuestras disputas con Haití y nuestros éxitos en la guerra contra
las drogas parecen demasiado buenos para ser verdad.
Pero ¿qué sucede en la vida real? En nuestras calles, los accidentes de tráfico son desastrosamente
comunes y la salud mental no recibe la atención que merece. La desigualdad económica persiste, con los
ricos acaparando la mayor parte del pastel mientras que muchos luchan por sobrevivir.
Y sobre el tema de las drogas, la realidad es aún más complicada. Aunque intentamos mantener una
política firme, el mercado legal e ilegal parece estar siempre un paso adelante. Una situación paradójica
que refleja la complejidad de nuestros desafíos.
Quizás sea hora de tomar un viaje para explorar el país que nos describió el presidente. ¿Quién sabe? Tal
vez encontremos inspiración para enfrentar nuestros propios desafíos.
