El viernes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó mediante un comunicado la implementación de un conjunto de nuevas sanciones con el objetivo de asegurar que Vladimir Putin, presidente ruso, “pague un precio aún más alto por la agresión (a Ucrania) y la represión” en su propio país.
Biden advirtió que, si Putin no enfrenta las consecuencias de la muerte y destrucción causadas, continuará actuando. Anunció una serie de medidas dirigidas a individuos vinculados al encarcelamiento del opositor Alexéi Navalni y a la maquinaria de guerra rusa desplegada en Ucrania.
Estas nuevas sanciones se centran en más de 500 objetivos rusos involucrados en la invasión de Ucrania, así como en personas relacionadas con la detención de Navalni, cuya muerte en una cárcel remota del Ártico la semana pasada aún carece de detalles.
Biden declaró que las sanciones abordarán a personas vinculadas al encarcelamiento de Navalni, al sector financiero, a la base industrial del sector de defensa, a las redes de aprovisionamiento y a los evasores de sanciones contra Rusia en varios continentes. Además, se impondrán restricciones de exportación a alrededor de 100 empresas que brindan apoyo a la maquinaria de guerra rusa.
Esta decisión se produce después de que el Departamento del Tesoro de EE. UU. anunciara el jueves la preparación de “la serie más importante de sanciones desde el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Putin” en febrero de 2022.
Biden afirmó que Putin cometió un grave error de cálculo al pensar que podía doblegar fácilmente la voluntad de un pueblo libre y que el mundo le daría la espalda. Estas declaraciones se realizaron en un momento en que la asistencia militar de EE. UU. a Kiev se vio obstaculizada por el bloqueo en el Congreso de un paquete de ayuda por parte de parlamentarios republicanos, quienes buscan políticas migratorias más restrictivas a cambio.
Desde el inicio de la guerra, Estados Unidos y sus aliados han implementado diversas medidas contra Moscú, que incluyen el bloqueo de activos financieros de personalidades y funcionarios, restricciones en las ventas de productos de alta tecnología y un límite oficial en el precio de venta de las exportaciones de petróleo de Rusia.
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