El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, proclamó este domingo su reelección al atribuirse más del 85% de los votos, y dijo haber pulverizado a la oposición por ganar casi la totalidad del Congreso, gracias a su controvertida “guerra” contra las pandillas. “El Salvador ha roto todos los récords de todas las democracias del mundo”, celebró desde el balcón del Palacio Nacional, en el casco histórico de San Salvador, al saludar a una multitud que lo ovacionaba en la plaza central. “No solo hemos ganado la presidencia con más del 85% de los votos, sino que hemos ganado la Asamblea Legislativa con 58 de 60 diputados, como mínimo”, afirmó, provocando un estallido de fuegos artificiales. “La oposición quedó pulverizada”, dijo.
El escrutinio preliminar del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de El Salvador había llegado hasta la medianoche de este domingo al 31,49 %, con lo que el presidente Nayib Bukele sumó 1.295.888 votos. Con estos resultados, que deben ser ratificados en un escrutinio final con las actas físicas, Bukele obtendría una ventaja aplastante sobre sus contrincantes.
Por atrás del partido Nuevas Ideas (NI), se coloca el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional(FMLN, izquierda) con 110.244 votos y la Alianza Republicana Nacionales (Arena, derecha), con 96.700 votos.
Bukele, expublicista de 42 años de ascendencia palestina, elogió su “guerra” antipandillas que convirtió al “país más peligroso del mundo” en el “más seguro del hemisferio occidental”, con 2,4 asesinatos por cada 100.000 habitantes en 2023.
“El Salvador estaba con metástasis, pero hicimos cirugía, estamos en radioterapia, y vamos a salir sanos ya sin el cáncer de las pandillas”, había dicho más temprano en una rueda de prensa.
El mandatario, quien fue ya felicitado por los gobiernos de China, Guatemala, Honduras y Panamá, defendió el régimen de excepción que impuso en marzo de 2022 y que suma casi 76.000 detenidos.
“Dicen que los salvadoreños no quieren el régimen de excepción, que viven con miedo (…) El pueblo salvadoreño habló fuerte y claro y de la manera más contundente”, manifestó.
Pero organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch denuncian arrestos arbitrarios, torturas y muertes en prisión. Unas 7.000 personas inocentes fueron liberadas, pero muchos siguen encarcelados.