El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró este martes las previsiones de crecimiento de Estados Unidos y de China, pero reconoció que está preocupado por un posible aumento de la fragmentación geoeconómica, que podría tener consecuencias para la economía global.
En un encuentro con medios en el marco de la presentación del último informe sobre perspectivas económicas del FMI (WEO, en inglés), el director del Departamento de Investigación del FMI, Pierre Olivier Gourinchas, afirmó que al fondo le preocupa que haya un “aumento de las fricciones comerciales” entre las dos grandes potencias.
Gourinchas respondió así a una pregunta sobre las amenazas del aspirante favorito a ser el candidato republicano a las presidenciales de Estados Unidos, el expresidente Donald Trump (2017-2021), de iniciar una nueva guerra comercial con China si gana en noviembre.
“No voy a hacer ningún comentario sobre las elecciones nacionales, pero creo que es algo que nos preocupa”, afirmó.
Y es que desde hace más de un año se ha visto un crecimiento de la fragmentación geoeconómica, recuerda el Fondo en el WEO, con un aumento de las fricciones comerciales. Datos del Global Trade Alert señalan que los países impusieron alrededor de 3.200 nuevas restricciones al comercio en 2022 y unas 3.000 en 2023, frente a las 1.100 de 2019.
“Eso tiene un coste económico que puede afectar el crecimiento global, a la rapidez con la que nuestras economías pueden recuperarse, y por eso lo observamos cuidadosamente”, explicó Gourinchas.
En su último informe, el FMI señala que tanto EE.UU. como China crecerán algo menos que el año pasado.
Estados Unidos pasará del 2,5 % de 2023 al 3,1 % en 2024 (seis décimas más que lo estimado en octubre, en las anteriores proyecciones) y al 1,7 % en 2025 (una décima menos).
Esta ralentización en el crecimiento se debe a los efectos retardados del endurecimiento de la política monetaria, al ajuste fiscal gradual y al debilitamiento de los mercados laborales.
Por su lado, en China –que creció el 5,2 % en 2023- el crecimiento será del 4,6 % en 2024 y del 4,1 % en 2025, con una revisión al alza de 0,4 puntos porcentuales para 2024 desde el informe WEO de octubre.
“La mejora refleja el remanente de un crecimiento mayor de lo esperado en 2023 y un mayor gasto gubernamental en el desarrollo de capacidades contra desastres naturales”, señala el informe.
En ambos países, explica Gourinchas, se ve además que la mejora en las previsiones se debe a “la fortaleza del consumo privado”.
La “resiliencia” de la economía de las dos grandes potencias mundiales ha permitido, de hecho, que el Fondo mejore dos décimas la previsión de crecimiento mundial, hasta el 3,1 %, asegura el FMI.
El organismo liderado por Kristalina Georgieva alerta de algunos riesgos que podrían empeorar este crecimiento, entre ellos la crisis en el Mar Rojo derivada de la guerra de Gaza, que podría ocasionar interrupciones en la oferta y hacer subir los precios.
También China representa un riesgo a la baja, más concretamente su sector inmobiliario.
“A falta de un paquete integral de políticas de reestructuración para el problemático sector inmobiliario, la inversión inmobiliaria podría caer más de lo esperado y durante más tiempo, con implicaciones negativas para el crecimiento interno y de los socios comerciales”, afirma el Fondo.
Aunque también es posible que un escenario contrario acelere la recuperación de la economía china y mejore las previsiones globales.
Esto sucedería si hubiera “reformas adicionales relacionadas con el sector inmobiliario”, entre ellas la reestructuración de los promotores inmobiliarios insolventes y la protección de los compradores de viviendas, o si hay “un apoyo fiscal mayor de lo esperado” que podría impulsar la confianza de los consumidores.