El poder de una marca: catapultar o diluir lo que protege

La función de una marca, desde su concepto más básico, es diferenciar un producto o servicio de otro igual o similar. Lo que se confirma a partir de su propio significado que, según la ley especial que rige la materia de Propiedad Industrial 20-00 en su Artículo 70, la define como ‘cualquier signo visible apto para distinguir los productos o servicios de una empresa, de los productos o servicios de otra empresa’.

De allí que la fuerza de un producto o servicio en el mercado no viene dada meramente por la peculiaridad del producto o servicio de que se trate, sino por los elementos esenciales que los hacen disímiles a otros.

Figura que resulta evidente al prestar atención a la realidad de que los productos/servicios más valiosos y reconocidos en el mundo actual han logrado su posicionamiento, aceptación y admiración por el alcance, exclusividad y acogida que ha tenido su marca, no precisamente porque el producto/servicio sea totalmente distinto al de la competencia.

Basta con referirnos a marcas como Coca-Cola, Google,Nike, DHL, Rolex, MasterCard y muchas más que, si bien con el paso del tiempo han robustecido sus productos/servicios de cualidades exclusivas, novedosas y llamativas, es altamente mayor el imperio generado por las marcas que los revisten.

La marca, como todo signo distintivo, genera su titularidad y uso exclusivo a raíz de un registro; contrario al derecho de autor, cuya propiedad surge desde el nacimiento de la obra. En tal sentido que, para ser registrable, la marca debe encontrarse guarnecida de una distintividad suficiente que le permita proteger su producto/servicio y avalar así el privilegio de exclusividad que genera en favor de su titular.

La marca es identidad, la marca es diferenciación, la marca es aquello que hace que el consumidor común te identifique y más allá, que te elija en un mundo altamente competitivo.

Todo producto o servicio tiene potencial de marca, no obstante, no a todos se les enriquece de aspectos diferenciadores suficientes como para alcanzar ese título. Desde que existe sociedad como tal la marca existe, solo que no era identificada, ni estudiada, ni reconocida, ni regulada como hasta ahora. 

De allí que cada vez más escuchamos hablar de MARCA, acompañado de incitaciones como: mover contenido, la importancia de la línea gráfica, la necesidad de constante presencia, entre otros. Propuestas que van de la mano, pero no son lo mismo; estas últimas son herramientas que apoyan el posicionamiento de tu marca en el mercado, ya que hacen que el consumidor básico la identifique, la recuerde, la prefiera y se haga eco de ella; mas no conforman la marca en sí.

Constantemente vemos creadores y representantes de productos/servicios tratando de imitar particularidades de otras marcas ya posicionadas en el mercado, con la intención de lograr el mismo efecto en el público consumidor. Olvidándose así de la parte más esencial de una marca, que es DIFERENCIAR. Una marca sin dicha esencia corre la suerte de la marca que está siendo imitada, por lo que el consumidor básico elegirá el producto por confusión de su origen y no por sus características propias, provocando una dilución de la marca copia, que tiene como consecuencia final su inexistencia y pobreza.

Y no es que se satanice el tomar detalles previos, el provocar pasiones de lo ajeno, el generar ideas o acoger inspiración de otros elementos y seductoras estrategias, se trata de impregnarle personalidad a aquello que provocó atracción, es acompañarlo de un toque especial, es hacer una combinación de varios ingredientes ya existentes, generando un conjunto distinto y auténtico.

Una marca empoderada de todas sus características principales, cuya base es el corazón que identifica el creador del producto/servicio, que fluye en armonía y conexión con lo que se busca transmitir, tendrá como resultado un fruto enaltecido, protegido, elevado y totalmente atractivo.

Al margen de que cada caso, producto/servicio, marca, mercado, tienen sus condiciones y peculiaridades especiales, una MARCA que efectivamente sea DIFERENCIABLE y enriquecida de manera genuina por su titular, hará SENTIR una experiencia ÚNICA en cada entrega.