Luego del año 2020 los seres humanos, la forma de hacer negocios y el estilo de vida cambiaron por completo llegando a renovar e innovar lo que antes ya existía. La industria turística no fue la excepción y a ella llegaron nuevas tendencias que hicieron tanto a proveedores de servicios como destinos turísticos adaptarse a estos cambios, uno de ellos fue el bleisure.
Bleisure resulta de la combinación de las palabras en inglés business y leisure que traducidas al español refieren a negocios y ocio. Esta tendencia tuve su mayor repunte luego de la pandemia ya que muchas empresas adoptaron el teletrabajo y por consiguiente los recursos humanos podían disponer de mayor tiempo, se trasladaban con sus trabajos donde sea que vayan permitiéndoles trabajar y disfrutar donde estuviesen. Es preciso destacar que el bleisure va en consonancia con la generación millenials y siguientes ya que ven la vida desde otro punto de vista: viajar, conocer, divertirse y crear experiencias, acompañados siempre de la flexibilidad y tecnología.
El viajero recibe y adopta esta modalidad de viaje, pero ¿cómo reaccionan los proveedores de alojamiento, alimentos y bebidas, experiencias, entretenimiento, y en especial el destino? Sabemos que el viajero de negocios o trabajo es enviado a otros países por sus empresas para mejorar y crecer, tanto la compañía como el empleado, sin embargo, la oferta turística del destino debe aunar esfuerzos para ofrecer todo un abanico de opciones que motiven el desarrollo de este tipo de turismo. Y es que el entretenimiento en viajes corporativos se ha vuelto una necesidad, un artículo publicado por la revista Forbes titulado “Millennials Say Business Travel Is Rough, Give Us More” expresa que el 69% de los viajeros millenials gustarían de disfrutar del destino donde les envían, en una encuesta de Global Travel Business Association (GBTA) un 38% de los encuestados de la misma generación opinó que al destino enviado por trabajo era uno de su interés. Esta cifra que con el tiempo continuará creciendo está demandando la renovación de la oferta, no es un mercado estático o limitado a su meta sino uno que está dispuesto a extender su estadía y sacarle el mayor provecho a aquello que le sea puesto en mano.
Dicho lo anterior, gran parte de nuestros viajeros de negocio deben sentirse atraídos por aquello que somos capaces de ofrecer. Hoteles con actividades in situ que motiven a distraer la mente, restaurantes que no solo se enfoquen en clientes locales, sino que atraigan a ese público extranjero, actividades de entretenimiento con horarios flexibles, conectividad inalámbrica, transportación pública y privada segura y justa, y una ciudad que motive a extender estadías de negocio por lo acondicionada, atractiva y segura que pueda llegar a ser. Es un esfuerzo entre todos que solamente tendrá sus frutos si es realizado en conjunto.
Licenciada en Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras mención Marketing Hotelero en la Pontificia Universidad Católica
Madre y Maestra (PUCMM).
Máster en Dirección de Empresas MBA con Experto en Dirección de Empresas de Turismo por la Universidad Antonio de Nebrija en Madrid, España.