¿El desafío de la gobernabilidad en España: El fin de los extremos?

Las elecciones en España han dejado un panorama político complejo y polarizado, donde ninguna coalición cuenta con una mayoría contundente. La suma de los escaños de los partidos conservadores (PP, VOX, UPN, CC) y los progresistas (PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu, PNV, BNG) apenas alcanza una diferencia de un escaño, mostrando una distribución de fuerzas que dificulta la formación de un gobierno estable. Este escenario nos invita a reflexionar sobre la necesidad de buscar el consenso y la moderación política para avanzar hacia soluciones sostenibles y viables.

El hecho de que un escaño adicional para la derecha pueda cambiar por completo el panorama y obligar al Partido Socialista (PSOE) a buscar apoyos adicionales, ilustra la fragilidad y volatilidad de la actual situación política. En tiempos de polarización extrema, la consecución de una investidura se vuelve más compleja y hace evidente que los extremos no son una opción viable para gobernar un país.

Particularmente llamativo es el caso de VOX, que ha perdido 19 escaños en estas elecciones. Esto podría ser interpretado como una señal de que la radicalización y el discurso polarizador no son bien recibidos por la sociedad española. En un sistema democrático, la política debe centrarse en la búsqueda de consensos y en la representación de la diversidad de opiniones y necesidades de los ciudadanos. Los extremos, aunque vocales, pueden resultar inviables a largo plazo y generar tensiones y divisiones que dificultan el progreso del país.

Por otro lado, es interesante destacar el papel que ha jugado el líder de Junts, aquel que en el pasado fue calificado de traidor y rebelde. Resulta irónico que hoy su apoyo sea crucial para decidir la formación de un gobierno. Esto nos muestra que las circunstancias políticas pueden cambiar de manera impredecible y que es esencial mantener una perspectiva abierta al diálogo y la negociación.

En este sentido, es fundamental reconocer el valor del centro político como espacio de encuentro y búsqueda de consensos. El centro no es una posición tibia o indecisa, sino una opción que prioriza la estabilidad y la construcción de puentes entre diferentes posturas. La polarización extrema solo conduce a la confrontación y al estancamiento.

En España, la gobernabilidad depende de quien logre sumar más diputados, como establece la Constitución. Es hora de que los líderes políticos comprendan que para gobernar con eficiencia y legitimidad, deben buscar alianzas y acuerdos que representen a una mayoría de ciudadanos. La gobernabilidad no debe ser un juego de suma cero, sino un ejercicio de responsabilidad y compromiso con el bienestar de la sociedad.

En conclusión, la actual situación política en España nos invita a reflexionar sobre la importancia de buscar el consenso y evitar los extremos. El juego de mayorías es el fundamento de la democracia, y el diálogo constructivo es la herramienta clave para la estabilidad y el progreso. En tiempos de polarización, es responsabilidad de los líderes políticos trabajar hacia una visión común que beneficie a todos los ciudadanos, priorizando el interés general por encima de las diferencias partidistas. Solo así podremos avanzar hacia un futuro más prometedor y un gobierno que represente verdaderamente a la ciudadanía.