Reinfección por COVID-19: a propósito del aumento de casos registrados

La pandemia mundial del coronavirus tipo 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) ha traído grandes impactos y desafíos para la economía mundial y la salud humana. Según un informe de la Universidad Johns Hopkins, en marzo de 2023 había más de 600 millones de personas infectadas por COVID-19 en todo el mundo y más de 6,8 millones de muerte registradas. La rápida propagación de esta enfermedad se ha debido principalmente a la alta eficiencia de la transmisión respiratoria y la susceptibilidad universal al virus en la población general.

A más de tres años de que la pandemia de COVID-19 se confirmara en República Dominicana, el 1 de marzo de 2020 específicamente, los casos de positividad parecen haberse convertido en algo habitual en el país. Sin embargo, durante las últimas semanas se ha notado un incremento de enfermedades de vías respiratorias superiores como gripe, influenza, y en particular COVID-19 y casos registrados de reinfección.

Considerando los datos proporcionados por el infectólogo Héctor Balcácer Estévez en los boletines epidemiológicos del Ministerio de Salud Pública (MSP), el presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), el Dr. Senén Caba emitió una advertencia de que el COVID-19 ha retornado al país y se han presentado casos de reinfección. Por esta razón la organización “Prensa y Comunidad Hispana” (PreCoHis) y la Sociedad Dominicana de infectología alertan a la población a adoptar nuevamente las medidas de protección pertinentes ante el coronavirus.

Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin del COVID-19 como una emergencia de salud pública el 5 de mayo de 2023, después de que una alta proporción de la población se volvió inmune al virus o desarrolló inmunidad colectiva, eso no significa que la enfermedad ya no sea una amenaza mundial, ni que se registren casos de reinfección incluso en personas que han recibido una o varias dosis de vacunas contra el coronavirus.

Los estudios existentes sugieren que el SARS-CoV-2 evolucionó y mutó constantemente durante el proceso epidémico, y las mutaciones en algunos sitios podrían afectar la capacidad del virus para invadir las células huésped, replicarse y propagarse. Algunas mutaciones también pueden resistir los anticuerpos producidos después de la infección natural o la vacunación, lo que resulta en infecciones secundarias o incluso múltiples. Parece que las variantes dominantes de Ómicron en el mundo actualmente tienen características obvias de escape inmune, que no solo podrían antagonizar los anticuerpos neutralizantes, sino que también podrían escapar de la protección inmune después de la infección natural, y podrían tener un mayor riesgo de reinfección.

¿Qué dicen los datos sobre los riesgos de reinfección y el potencial de que el COVID-19 cause consecuencias duraderas? ¿Qué tan común es la reinfección y cuáles son los riesgos? Una vez que he tenido COVID-19, ¿tengo que esperar para vacunarme?

Dado que se estima que más del 10% de la población mundial se ha infectado con COVID-19 al menos una vez, y que hace unas cuatro semanas la tasa de positividad de las pruebas diagnósticas en República Dominicana estaba cercana a un 5%, disparándose aproximadamente al 30% en la actualidad, la preocupación por la reinfección es válida. De hecho, una persona puede contraer COVID-19 una, dos, tres veces o más.

Los investigadores no están de acuerdo sobre qué tan grave es volver a infectarse y si el COVID-19 puede causar cambios duraderos en el sistema inmunológico. Algunos estudios han demostrado que la inmunidad inducida por la infección por SARS-CoV-2 puede durar al menos 5-6 meses después de la infección, mientras que otros estudios de casos pequeños han demostrado que las infecciones repetidas podrían ocurrir incluso dentro de 1-3 meses después de la primera infección. Se sabe que algunas características demográficas pueden explicar las tasas de reinfección hasta cierto punto, como las proporciones de personas inmunocomprometidas, adultos mayores y grupos especiales de alto riesgo como los trabajadores de la salud.

1Doctor en Medicina. Máster en Bioética en la Universidad Católica San Antonio de Murcia, España.

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Debido a las diferencias en la definición de reinfección, período epidémico, tiempo de seguimiento y otros factores utilizados en diferentes estudios, todavía existe una gran incertidumbre sobre el riesgo de COVID-19 grave y los malos resultados después de la reinfección por SARS-CoV-2. Además, debido a las diferencias económicas, políticas, culturales y geográficas, el estado epidémico, la vigilancia y el nivel de pruebas de COVID-19 pueden variar entre los diferentes países.

La mayoría de los estudios epidemiológicos previos de reinfección por SARS-CoV-2 se limitaron a explorar el riesgo de reinfección. Ómicron sigue siendo la variante dominante en el mundo actualmente. En comparación con el virus de tipo salvaje, algunas subvariantes de Ómicron han mejorado significativamente la capacidad de escape inmune y un mayor riesgo de reinfección, lo que ha traído nuevos desafíos para la prevención y el control global del COVID-19.

Un estudio publicado en Nature Medicine demostró que cada reinfección por COVID-19 aumenta el riesgo de desarrollar problemas de salud crónicos como diabetes, enfermedad renal, insuficiencia orgánica e incluso problemas de salud mental. Pero nuevos datos también apuntan a un desarrollo prometedor, como que el SARS-CoV-2 es particularmente peligroso cuando se instala en los pulmones y causa problemas sistémicos, como fiebre, tos y dificultad para respirar; las primeras variantes de COVID-19 a menudo invadieron los pulmones, sin embargo, otra preimpresión publicada recientemente por científicos en Japón informa que en las personas que están vacunadas o previamente enfermas con COVID-19, la reinfección por subvariantes de Ómicron tiende a afectar principalmente la nariz y las vías respiratorias superiores. Esto significa que el ataque inmune antiviral genera síntomas incómodos, pero también tienden a resolverse rápidamente. Estos hallazgos ayudan a confirmar que, aunque la vacunación no evitará la reinfección o una enfermedad de las vías respiratorias superiores, puede ayudar a proteger de infecciones sistémicas mucho más problemáticas y de malos resultados, como la necesidad de ventilación mecánica o la muerte. Además, dado que las vacunas mitigan la gravedad de las infecciones iniciales por COVID-19, por extensión, también limitan la gravedad de las infecciones futuras.

Algunos argumentan que incluso los casos leves de COVID-19 pueden causar daños duraderos al sistema inmunitario, lo que podría hacer que las personas sean más susceptibles a otros tipos de infecciones. Esto se ha planteado como una explicación del aumento de los casos de influenza y otras enfermedades respiratorias recientemente registradas según explicó la Sociedad Dominicana de Infectología.

En conclusión, es importante observar el impacto de la reinfección, especialmente si ha sido vacunado. Como se sospecha que las infecciones repetidas por COVID-19 tienen implicaciones negativas, incluidas complicaciones de salud adicionales, la posibilidad de COVID prolongado y resultados potencialmente peores son posibles. El COVID-19 puede afectar a una persona de varias maneras, por lo que es difícil predecir cómo una persona puede responder a la infección repetida. La inmunidad al COVID-19 es más alta en las siguientes semanas después de la infección por COVID-19. Después de unos meses, esos anticuerpos disminuirán. Con la aparición de nuevas variantes, es posible volver a infectarse, por lo que es mejor tomar precauciones para protegerse de la reinfección.

La recuperación promedio de los síntomas de COVID como tos, fatiga y dificultad para respirar puede llevar de semanas a varios meses. Los síntomas también pueden aparecer y desaparecer por un tiempo. Llame a su médico para obtener orientación sobre las pruebas si se recupera de su enfermedad inicial y desarrolla nuevos síntomas como fiebre.

La evaluación precisa de la gravedad y los resultados de los casos de reinfección por SARS-CoV-2 es esencial para la asignación racional de los recursos médicos y la optimización de las estrategias de vacunación. Como ya se mencionó, la infección primaria brinda cierta protección contra la reinfección y reduce el riesgo de infección sintomática y enfermedad grave y la a reinfección no contribuye al riesgo adicional de hospitalización, UCI o muerte. Se sugiere conocer científicamente el riesgo de reinfección del SARS-CoV-2, fortalecer la educación en salud pública, mantener hábitos saludables y reducir el riesgo de reinfección.

Una vez que he tenido COVID-19, ¿tengo que esperar para vacunarme?

Si recibe tratamiento con anticuerpos, debe esperar 90 días antes de recibir una vacuna o refuerzo contra el COVID- 19. Si no ha recibido este tratamiento y se ha recuperado de su enfermedad inicial sin fiebre, hable con su médico acerca de vacunarse.