La reestructuración estatal; una propuesta para eficientizar la administración pública

El pasado 16 de septiembre, el presidente de la República, Luis Abinader Corona, en su acostumbrada intervención en “LA Semanal con la Prensa”, presentó una propuesta de reestructuración estatal en la cual se busca eficientizar la administración pública y reducir el gasto público, con la finalidad de ahorrar aproximadamente 25 mil millones de pesos, el cual ayudaría a desahogar el acogotado presupuesto de la nación. Además de lo anterior, el gobierno persigue eliminar duplicidades en las instituciones públicas con el fin de aumentar la eficiencia en las mismas.

Para llevar a cabo este proceso, el mandatario creó una comisión que trabajará con el acompañamiento del Ministerio de Administración Pública para coordinar y realizar los cambios. Cabe señalar, que el 80 por ciento de las reformas propuestas deberán ser aprobadas por el Congreso Nacional, por lo cual, de ser aprobada conforme al criterio del ministro de Administración Pública al menos seis ministerios serían fusionados.

Algunas de las fusiones que se han planteado son las del Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MESCYT), el cual sería asumido por el Ministerio de Educación (MINERD), y el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, se fusionaría con el Ministerio de Hacienda, y pasará a denominarse institucionalmente como el Ministerio de Hacienda y Economía.

Ciertamente, el anuncio de la reestructuración estatal tomó por sorpresa a gran parte de la población, quienes han manifestado dudas respecto al futuro de los empleados contratados en las instituciones perjudicadas. Sin embargo, otra parte de la ciudadanía entiende que dicha propuesta puede resultar beneficiosa para el país partiendo del hecho de que existen entidades que realizan trabajos similares, con propósitos parecidos y que unificándolas se podría lograr un resultado favorable y una administración más moderna y eficiente.

Soy de los que creen que una fusión entre el Ministerio de Ciencia Superior y Tecnología (MESCYT) y el Ministerio de Educación puede resultar como un hecho provechoso. Si bien ambos ministerios tienen encomendado un nivel diferente de la educación estudiantil, una buena sinergia entre ambos ministerios puede provocar un avance en materia de educación, promoviendo políticas estudiantiles que vayan más allá del nivel básico y puedan continuar desarrollándose en el nivel universitario, así como también la facilidad de realizar los tramites que involucren a ambas entidades en uno solo, lo cual sería eficiente.

Resulta prudente señalar que la fusión entre ambos ministerios no solo supone una mejora en el ámbito académico, si se implementan las medidas y se desarrolla un plan adecuado, claro, sino que también representa un ahorro en el tema de finanzas públicas, en relación con los gastos operativos y de representación.

Bajo la misma dirección se encuentra el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, el cual se fusionaría con el Ministerio de Hacienda, y pasará a ser denominado el Ministerio de Hacienda y Economía. Esta unificación pretende eliminar la dualidad de funciones y, en consecuencia, centralizar las competencias a un solo ministerio. Cabe concluir que, al igual que las otras anexiones, se pretende reducir el gasto público.

En definitiva, el gobierno presidido por el presidente Luis Abinader, explora las posibilidades de implementar políticas públicas que faciliten la gobernanza de la cosa pública y, además, reduzcan el gasto público para con ello poder efectuar inversiones en los sectores de salud, educación y seguridad, y cualquier otro que sea menester coadyuvar. No obstante, el gobierno enfrenta un gran y difícil desafío a la hora de implementar los nuevos cambios para que realmente se pueda obtener el resultado esperado. Por lo tanto, soy del criterio que para que se logre un cambio significativo es necesario que se realice una reestructuración operativa clara, eficiente y con un marco operativo lidereado por un personal adecuado, en la cual se definan las nuevas funciones de las instituciones envueltas, así como la distribución del personal de las entidades fusionadas; solo de esa manera se puede garantizar que las medidas tomadas puedan cumplir con el objetivo que fueron creadas.

En ese sentido, es propicio evaluar la posibilidad de unificar proporcionalmente los presupuestos de los ministerios para poder determinar la cifra precisa que se está ahorrando, realizando los cambios antes señalados. Ya, por último, deseamos expresar nuestra preocupación de cuál sería la metodología que se implementará con respecto a los actuales empleados y funcionarios que militan en las instituciones que serían objeto de la reestructuración estatal. Esperamos que la sensatez y la sabiduría del presidente se ponga de manifiesto para que los fines perseguidos obtenga los resultados esperados.